lunes, 29 de marzo de 2010

Florencia Bacelo: “Cuando me vine a vivir a Montevideo, mi vida cambió”

¿Sus planes a largo plazo? Viajar, viajar y viajar.

Florencia, de 20 años, estudia periodismo, pero rompe con todos los esquemas del comunicador clásico. Por ejemplo: le fascina ser payaso. Apasionada por cada uno de los proyectos en lo que se ha embarcado a lo largo de los años –clown, hockey, patín-, no puede predecir que va a ser de ella de acá a dos años. Algo alocado, eso seguro.

¿Por qué periodismo?

Entré por periodismo, sí, pero hoy estoy desorientada. En ese momento periodismo porque, como me acuerdo que dije en una de las reuniones para entrar en la universidad, me encantan los documentales. Era lo que más me gustaba del periodismo. Pero ahora me cambió un poco la visión de todo esto.

¿Y qué pensás hoy?

Más que nada destaco la función social tan buena que tiene el periodismo, porque es algo que no tenía tanto en cuenta antes y hoy me interesa mucho. Y eso hizo que hoy me interesara más, y que quiera saber más.
Cuando terminé sexto de liceo me interesaba periodismo, pero hasta ahí. Como soy del interior solo manejaba las “opciones básicas”, por decirlo de alguna manera. Dentro de ese esquema, comunicación fue lo que más me cautivó en ese momento. Tampoco es que me arrepienta.

Siendo del interior, ¿te costó adaptarte?

No. Pero todavía prefiero Maldonado. El olor, sus calles.

¿Pensas volver cuando te recibas?

Es mi idea, pero de acá a dos años… es impredecible. Yo que sé. También me encantaría viajar, esa es una gran tarea pendiente.

¿Te cuesta proyectarte de acá a dos años?

Sí. Me gusta la comunicación, pero siento que quiero seguir aprendiendo. Quiero viajar, conocer. Eso, por ejemplo, es algo que me gusta de Montevideo. Aprendes muchas cosas acá.

Pero alguna aspiración a largo plazo tenés, ¿o no?

Y bueno, sueños siempre hay. Viajar, eso seguro. Formar una familia, porque es la pirámide de la vida, es la base de todo.
Pero bueno, también me pasa que me proyecto con mis seres queridos, pero sé que a la larga algunos no van a estar, entonces me cuesta pensar en eso.

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Florencia es rubia y tiene una mirada penetrante. Alta y atlética, parece apropiarse de su silla sentada tan desestructurada, pero se acomoda de tanto en tanto. Mueve las manos al hablar y va cambiando la inclinación de la cabeza. Tan hiperactiva, no llama la atención cuando enumera la cantidad de actividades en las que ha incursionado.
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Por fuera del periodismo, ¿qué te gusta hacer?

El año pasado hice un taller de clown que me copó.

Para, para: ¿qué es eso?

Ser payaso, aprender a encontrar tu payaso, tu estado payasezco. Es diferente al teatro. Siendo clown, por ejemplo, podés ir a un sanatorio y animar tanto a jóvenes como viejos. No tenés un lugar, una edad, un público definido. Es re aplicable a la vida toda, me encanta. Este año voy a formar parte de una obra, “Mimo versus Clown” se llama. Me encanta, me encantaría seguir.

¿Es tu pasión?

Creo que sí, pero me falta explotarlo. Pero sí, siento que es para mí. Pero te quiero contar que también hago hockey sobre patines desde segundo de liceo, me encanta. Estuve en la selección. De los 4 a los 10 hice patín artístico. Llegué a estar en la preselección, pero dejé porque era desgastante. No me daba el tiempo para ir a los cumpleaños, que bueno, a esa edad es muy importante. Después empecé el hockey, y mi vida era el hockey.
Pero cuando me vine a vivir acá, mi vida cambió. De chica era muy deportista, me sentía triste cuando no podía hacer deportes. Y cuando llegué acá me hice más sedentaria. El ambiente del hockey acá no era el mismo que en Maldonado. Y me enganché con el clown. Y este año tuve que elegir sí o sí entre una cosa u otra, por la obra.

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